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| Noviembre 2012, número 13
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Finanzas éticas con patatas
La necesidad de evolucionar hacia un entorno financiero más ético y transformador es un tema recurrente en este boletín. El libro La ética de la banca: Conclusiones de la crisis financiera, de Peter Koslowski, ofrece una panorámica imprescindible y muy accesible de las prácticas bancarias que, con la complicidad de propios y extraños, desembocaron en la crisis financiera de 2008. ¿La solución? Tratar el dinero como si fueran patatas.
La obra, escrita en 2009 y traducida al inglés en 2011, sigue de plena actualidad cuatro años después: los gobiernos mundiales no parecen tener capacidad ni voluntad para realizar reformas significativas en los sistemas financieros, mientras el contagio de la economía real ha comprometido la estabilidad de las potencias occidentales y el emblemático Estado del Bienestar europeo.
¿Es la industria financiera éticamente irrelevante? Bajo este título, la introducción ofrece toda una declaración de principios sobre el papel de la ética en el mundo de las finanzas, y establece las bases teóricas y argumentales que se desarrollan en el resto del libro. Explica que la práctica bancaria ha optado por considerar que la ética no tiene cabida en sus decisiones porque estas se basan en criterios puramente matemáticos (ergo, "científicos") y se rigen por unos objetivos claros e incontestables: creación de valor para el accionista y máxima rentabilidad de la inversión. Junto a este planteamiento se manejan una serie de hipótesis de trabajo, entre las que destacan la completa racionalidad de todos los agentes, la información perfecta y la consiguiente infalibilidad del mercado. |
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Para el profesor Koslowski, tales hipótesis no sólo son perfectamente rebatibles, sino manifiestamente irresponsables. Un banquero suizo le aseguró que el aprendizaje más importante que había obtenido tras muchos años de experiencia es que el negocio del dinero hay que verlo del mismo modo que el negocio de las patatas: sobrio, con escepticismo, con realismo y sin ostentación. Es decir, ¡todo lo contrario de lo que ha sido el mundo de las finanzas en los últimos años! Muy alejado de la prosaica patata, el glamour financiero degeneró en una arrogancia sin límites por parte de todos los implicados: directivos de banca, autoridades supervisoras… e incluso consumidores deslumbrados.
El profesor Koslowski concluye que, precisamente por las dificultades que entraña la valoración de los intangibles financieros, la ética es incomparablemente más relevante que en la economía real, donde suelen existir más posibilidades de realizar valoraciones objetivas. Desde esta perspectiva, la información perfecta, la completa racionalidad de los agentes y la infalibilidad del mercado son meras construcciones teóricas y académicas, harto cuestionables, destinadas a minimizar las consecuencias humanas y sociales de las prácticas bancarias.
Otro de los soportes teóricos de la "irrelevancia de la ética bancaria" es el objetivo de creación de valor para los accionistas. Koslowski señala que este argumento es cada día más discutible porque el concepto de "valor" no se limita al beneficio económico inmediato. Cada vez más accionistas y clientes prefieren bancos con una visión más amplia, capaces de causar un impacto positivo en diferentes niveles de su entorno, sin perder de vista la obvia necesidad de obtener beneficios.
La obra del profesor Koslowski es imprescindible para todos los que piensen que la sostenibilidad de la industria financiera y bancaria pasa por aplicar con rigor los filtros éticos, que en los últimos años han brillado por su ausencia, en todas las operaciones y áreas de actividad.
Cristina Carrillo
Addkeen Consulting - Buenos Aires
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